Cuando empezamos a estresarnos, nuestro cuerpo reacciona como si estuviéramos luchando o huyendo. Esta condición está determinada principalmente por el cortisol, llamado «hormona del estrés», que en exceso puede dañar nuestro cuerpo y mente.
Pelea o huida
La respuesta de lucha o huida era bien conocida por nuestros antepasados. Durante la caza y recolección de alimentos, el cuerpo humano tenía que estar constantemente preparado para la acción, y las posibilidades de supervivencia dependían de la capacidad de reaccionar de la manera más rápida y eficaz posible. Por supuesto, la caza y la recolección generalmente no son nuestra forma habitual de obtener alimentos, sin embargo, el mecanismo de reacción al trauma percibido sigue siendo el mismo. El peligro repentino (ya sea real o causado por la emoción) inunda el cuerpo con cortisol. Durante este proceso, una gran dosis de glucosa llega a los músculos, los vasos sanguíneos se estrechan, el corazón se acelera y el sistema inmunológico y la memoria comienzan a funcionar de manera más eficiente. Todo esto nos prepara perfectamente para un escape rápido o un intercambio físico de argumentos, pero al mismo tiempo limita nuestra capacidad para realizar tareas en las que usamos el conocimiento y la capacidad de pensar en lugar de la fuerza física. En el mundo actual, es posible que tengamos que enfrentar tales desafíos a diario.
La hormona del olvido
El flujo repentino de cortisol a los músculos hace que esa situación no sea difícil cuando estamos tranquilos, pero se convierte en un problema insuperable cuando estamos bajo estrés. Entonces también experimentamos problemas con la memoria a largo plazo. Todos sabemos lo que es olvidar al instante lo que queríamos decir, o algo estaba «en la punta de la lengua», pero no podemos recordar en ese instante en el que lo necesitamos. También hay situaciones en las que quedamos en blanco, mientras que en circunstancias normales sabríamos la respuesta. El culpable en estos casos es el cortisol. Los estudiantes participaron en estudios que demostraron que aquellos que recibieron esta hormona antes de la prueba obtuvieron peores calificaciones que los del grupo de placebo. Bajo la influencia del cortisol, perdemos creatividad o la capacidad de improvisar, y en cambio, solo podemos acceder a la información ya aprendida. El cerebro, en sentido figurado, nos cierra la puerta.
Modo de ahorro de energía
Sin embargo, los problemas de memoria son pequeños en comparación con lo que sucede cuando los estados estresantes temporales se vuelven crónicos. Nuestro cuerpo se vuelve incapaz de distinguir entre el estado de relajación y tensión y, como resultado, siempre está listo para luchar o escapar. Los músculos obtienen más azúcares, el corazón se acelera y la memoria cambia al modo de ahorro de energía. Además de esto, hay insomnio, en espiral en cada nuevo día «sin dormir». La respuesta del cuerpo es; problemas estomacales a largo plazo y debilitamiento del sistema inmunológico, lo que significa que el cuerpo se vuelve vulnerable a una infección crónica que es difícil de curar. La energía se redirige no solo desde el cerebro sino también desde el sistema reproductivo. Cuando el estrés continúa, el cortisol puede convertirse literalmente en nuestro peor enemigo. Si no actuamos frente a esta situación, el cortisol lo hará por nosotros, más fácilmente de lo que piensa…¡Y eso no es bueno!
¿Qué puede ayudar en la lucha contra el aumento del cortisol en sangre?
- Artes marciales – pueden indicarle al cerebro que ya tenemos la actitud de «lucha» por lo que no debe elevar el nivel de cortisol.
- Bailar – Relaja la mente, y la música libera “endorfinas”, lo que nos vuelve mas felices y baja el nivel de cortisol en sangre.
- Meditación – Nos permite concentrarnos y nos ayuda a controlar nuestras emociones y calmar el cuerpo.
- Cuidado e higiene del sueño – Se pueden usar mantas sensoriales para adultos para mejorar los efectos calmantes, por el efecto que genera el peso sobre los puntos sensitivos del cuerpo, éstas reducen el nivel de cortisol relajándonos completamente y ayudándonos a conciliar el sueño con facilidad.
- Interacción frecuente con las personas: La creación y el fortalecimiento de los vínculos sociales hacen que el éxtasis natural u oxitocina se produzca en nuestro cuerpo volviéndonos felices y bajando el nivel de estrés.