¿CÓMO SABER QUE NO ESTAMOS DURMIENDO LO SUFICIENTE?

31 diciembre, 2018 / Mateusz

Los párpados hinchados, los ojos inyectados con sangre, El color oscuro alrededor de los ojos, la tez cansada: Reducir su descanso nocturno está relacionado con la reducción de la fase de sueño profundo. Esto significa que el cuerpo no tiene tiempo suficiente para regenerar y administrar adecuadamente las hormonas que produce. Por lo tanto, podemos tener ojeras y los ojos inyectados de sangre asi como también eczema de piel y un cutis gris y cansado.

Ganar peso también es una consecuencia del cansansio: La falta de oportunidad para manejar correctamente las hormonas (fase de sueño profundo demasiado corta) contribuye a la producción desequilibrada de Leptina y Grelina. La primera es responsable de la sensación de plenitud, la segunda es responsable de la sensación de hambre. Cuando hay demasiada Grelina, podemos experimentar un apetito voraz. La satisfacción sistemática de esa sensación de hambre puede llevarnos a la obesidad.

Mayor demanda de comida chatarra: La fatiga y el sueño insuficiente hacen que el cerebro no pueda alcanzar la satisfacción con las comidas ligeras. Si no duerme lo suficiente, se interesará casi de inmediato en los enormes bollos sazonados con queso y carnes con alto contenido de sodio, acompañados de ketchup y mayonesa, incluso mejor si se sirven con papas fritas y Coca-Cola.

Mayor demanda de cafeína y bebidas energéticas: Para evitar la somnolencia en el trabajo, se puede llegar a consumir grandes dosis de cafeína y otras bebidas energéticas. Tales soluciones podrían mejorar su bienestar momentáneo. Sin embargo, esta no es la mejor opción ya que el reemplazo regular del sueño con bebidas de alto contenido de cafeína o estimulantes, finalmente pueden derivar en el insomnio e irritación.

Molestia e irritación: Dormir lo suficiente se traduce en paciencia, calma y buena concentración. En cambio, el mal descanso puede producir a largo plazo mucha fatiga psíquica, irritación y molestia.

Los resultados de los estudios realizados por científicos de Harvard Medical School y McLeanHospital en Massachusetts en 2011 confirmaron que cuanto más fatiga sienta una persona, menos activa es el área del cerebro responsable de limitar su apetito y mantenerlo alejado de la mala alimentación, ya que existe una relación directa entre la falta de sueño y la selección de alimentos ricos en calorías pero pobres en nutrientes. Por otro lado, extender la cantidad de sueño por un tiempo relativamente corto puede reducir significativamente el apetito y dirigir su atención a las comidas saludables y bajas en calorías.