Aunque parezca que sucede poco durante el sueño de un bebé o un niño, en realidad están ocurriendo muchos procesos muy importantes en su cuerpo. Las siestas y el sueño efectivos permiten un rápido desarrollo infantil en las primeras etapas de la vida. Además, la investigación muestra que los niños tienen problemas de concentración y emociones hasta la edad adulta si se les priva de un descanso profundo durante el día. ¿Por qué ocurre esto?
Memoria
Un equipo de terapeutas de la Universidad de Massachusetts realizó un experimento sobre el papel de una siesta en preescolares. En el estudio participaron 40 niños de 3 a 5 años que tuvieron que jugar un juego de memoria. Tenían que recordar dónde estaba la tarjeta y combinarla con la tarjeta que estaban volteando. Después de jugar, los niños tomaron una siesta o permanecieron despiertos. Cada niño fue evaluado dos veces, con y sin la siesta, y luego se verificó su memoria. Los resultados mostraron que los niños que no pudieron descansar olvidaron más y dieron alrededor del 60% de respuestas correctas, mientras que el grupo que tomó una siesta produjo el 75% de respuestas correctas. Cuando todos los niños fueron evaluados después de una noche completa de sueño, el grupo que durmió la siesta continuó con un mejor desempeño. Por lo tanto, dormir poco es crucial para consolidar la memoria de incluso los más pequeños. Resulta que la memoria es causada por impulsos a menudo llamados «el huso del sueño». Dicha actividad cerebral se intensifica en la segunda fase (NREM) y al mismo tiempo la presión sanguínea baja, la respiración se ralentiza y la temperatura corporal del niño disminuye. Se ha observado que los niños que tienen un alto nivel de actividad del «huso del sueño» tienen una mejor predisposición a organizar el conocimiento y las experiencias durante el sueño.
La situación es ligeramente diferente en los recién nacidos, entre quienes la corteza cerebral permanece activa durante el sueño, y no son completamente conscientes de lo que les está sucediendo. Esto significa que pueden absorber el medio ambiente y aprender. Curiosamente, es mucho más probable que tengan una fase REM, cuando los sueños se forman.
Sueño y sobrepeso
El sueño también es un momento de reconstrucción de energía, así como de recursos físicos y funcionales. El cerebro organiza toda la información recopilada durante el día, perpetúa los rastros de memoria, reconstruye los neurotransmisores y sensibiliza los receptores de estímulo. Luego, también se activa la glándula pituitaria responsable de la producción de la hormona del crecimiento. Si el niño no duerme adecuadamente y tiene un estilo de vida irregular, es posible que su crecimiento y desarrollo se vean inhibidos.
Además de las siestas, el factor más importante es el sueño nocturno. Los resultados de la investigación publicados en el Journal of Pediatrics muestran que el descanso efectivo protege a los niños del sobrepeso y la obesidad en los últimos años. En un grupo de niños que se fueron a dormir temprano, solo 1 de cada 10 era obeso. Hasta el 25% de los niños pequeños que se acostaron después de las 9 p.m., tenían sobrepeso diez años después. ¿Por qué es así? La falta de sueño interrumpe la actividad hormonal. La cantidad de melatonina en el cuerpo disminuye y los niveles de cortisol (hormona del estrés) aumentan. La falta de sueño también contribuye a reducir el rendimiento, lo que se traduce en el trabajo de las enzimas hepáticas. También puede haber un problema con el mantenimiento de niveles óptimos de azúcar en la sangre.
Los niños con falta de sueño enfrentarán problemas adicionales. Otro estudio realizado por profesores de la Universidad de Massachusetts informó que, además de los trastornos de concentración, como adultos, estos niños pequeños tendrán dificultades para expresar y leer las emociones.
Desafortunadamente, obligar a un niño a dormir también puede tener efectos negativos. Es preferible observar al niño y asegurarse de que sus signos de cansancio resulten en el tiempo de descanso adecuado, para que luego aprenda a dormir de manera independiente.