Los investigadores están alarmando sobre esto: Las mujeres no deben volver a trabajar poco después de dar a luz. ¿Por qué? El sueño intermitente e ineficaz, así como la constante vigilia nocturna del niño, pueden causar fatiga y frustración permanentes para las nuevas madres. Un estado emocional tan inestable no puede tener un efecto positivo en el desempeño laboral y estar en un entorno profesional desafiante solo puede agravar los problemas. ¿Cómo pueden reconciliarse las necesidades de su hijo con el deseo de la realización personal?
¿Cuánto duermen los nuevos padres?
En los primeros cinco meses de la vida del recién nacido, los padres no pueden esperar un sueño tranquilo y relajante. En este momento, el promedio de sueño de la madre es de poco más de 5 horas por noche, que se transforma en hasta 3 horas menos de lo que recomiendan los médicos. De la investigación realizada por Kelly Sullivan, un epidemiólogo adjunto de la Facultad de Salud Pública Jiann-Ping Hsu de la Universidad del Sur de Georgia, se revela que la privación severa del sueño afecta más a las madres que a los padres. ¿Cuál es el resultado? 44 noches sin dormir. En promedio, esa es la cantidad de noches de sueño que se pierden en el primer año de paternidad. Es muy difícil imaginar cómo sería entrar en el mercado laboral con un déficit de sueño tan grande.
El desarrollo del niño y el regreso al trabajo.
Al considerar la posibilidad de volver al trabajo después del nacimiento de un hijo, en primer lugar, hay que tener en cuenta sus propias emociones y necesidades. Para muchas mujeres que eran profesionalmente activas antes del embarazo, un largo tiempo fuera del trabajo puede ser estresante y, como resultado, impactar en las relaciones con el niño y la pareja. Desde un punto de vista fisiológico, una mujer necesita seis semanas para recuperar fuerzas después del parto, y un niño requiere un mínimo de 16 semanas de presencia de la madre. Después de seis meses, un bebé comienza la fase de separación e individualización, esto es cuando el niño se descubre a sí mismo y su existencia separada de la madre. Aproximadamente a los 8 meses de edad, el niño experimenta “ansiedad de separación” por primera vez en forma de miedo a los demás (excepto los padres, por supuesto). Entonces, como regla general, un niño pequeño experimenta una separación aún más intensa, por lo que esta edad es igual de difícil. Para facilitar que el niño pase por este proceso, los ejercicios de atención plena o la creación de conciencia sensorial pueden ayudar (aquí les será muy útil una pequeña manta con peso).
En esta etapa, lo más importante es analizar sus propias necesidades y compararlas con las necesidades naturales de su hijo. Una decisión consciente y considerada en el momento adecuado es la victoria a la mitad de la batalla.
Preparando al niño para el cambio.
Antes de que una mujer reanude la actividad profesional, debe seguir algunos pasos importantes. En primer lugar, asegúrese de que la decisión se discuta con los demás miembros de la familia; después de todo, volver al trabajo traerá muchos cambios organizativos y logísticos al hogar. En el próximo paso, será bueno que el bebé se acostumbre a los cambios, incluso a los más pequeños. Esto se puede hacer con la ayuda de la familia y amigos más cercanos. Por ejemplo, deje a su hijo con diferentes familiares o amigos, pero al principio solo durante unos minutos, luego aumente gradualmente el tiempo hasta llegar a varias horas. Cambie el entorno: una casa diferente, al aire libre, restaurante o sala de juegos. También es una gran oportunidad para compensar la falta de sueño de la madre, poner al niño en manos de un amigo de confianza o un familiar y tomar el descanso necesario.
Recuerde que este proceso llevará tiempo, así que comience estas estrategias lo antes posible. Lo más importante es que toda la familia debe estar preparada para los cambios, psicológicos y logísticos, en pequeños pasos.