El otoño y el invierno son las estaciones en las que el tiempo parece ir más lento. Pasamos nuestro tiempo libre en casa, más a menudo nos escondemos en soledad y buscamos descanso. Así que este es el momento perfecto para introducir rituales que equilibren nuestro cuerpo y hagan que nuestra mente se calme.
¿Te gustaría relajarte de verdad? ¡Aquí están nuestras formas para calmar el espíritu y el cuerpo!
1. Duerme
Cuando se trata de relajar el cuerpo y el alma, el sueño será la mejor respuesta. El descanso efectivo afecta al funcionamiento de todo el cuerpo, desde la regulación emocional hasta el humor y el apetito. Durante el sueño, nuestro cerebro organiza la información, haciéndonos mucho más creativos y resolviendo los problemas de forma más eficiente, además de estabilizar la producción de hormonas, gracias a lo cual tenemos un mejor humor y menos conflictos frecuentes. En resumen, cuando estamos descansados, ¡somos más felices! Entonces, ¿por qué no tomar el sueño como un ritual? ¡El invierno es el momento perfecto para practicar la relajación! Así que duerme, toma siestas, acuéstate, relájate – ¡cuando te apetezca!
2. Cúbrete
¿Sabes por qué casi automáticamente abrazamos a un ser querido cuando nos sentimos incómodos, y el primer paso para «escapar del mundo» es esconderse bajo las mantas? Bueno, el encubrimiento tiene su valor terapéutico, que ha sido utilizado por los especialistas durante años. Cuando nuestro cuerpo está cubierto con algo, los receptores de la piel envían información al cerebro sobre nuestra ubicación específica en un lugar y momento determinado. Es una señal de que estamos a salvo y que nada puede dañarnos. El cuerpo puede entonces apagar todos los «controles» responsables de la vigilia y la protección frente las amenazas y entrar en un estado de profunda relajación. En el método de cobertura, los mejores resultados se logran usando una manta sensorial, que, debido a su inserto pesado hecho de microesferas de vidrio, distribuye el peso suave y uniformemente por todo el cuerpo. Recuerden, ¡leer un libro por la noche bajo una manta pesada puede terminar en una serie de dulces sueños!
3. Cuelga el teléfono
Es tan simple y para muchos de nosotros aún es inalcanzable. Si pasas cada momento libre navegando entre tus fotos en las redes sociales o compartiendo lo que estás haciendo, es hora de parar. ¿Por qué? El descanso consiste en calmarse, no en proporcionar otros mil estímulos. Las fotos, los videoclips o las charlas con muchas personas al mismo tiempo sin duda aumentarán la fatiga o causarán irritación, no la reducirán. Así que asegúrate de destinar al menos una hora al día para estar sin teléfono. Ponlo en una caja, llévalo a otra habitación – cualquier cosa que evite tentarte con su contenido y las alertas de notificación. Ya verás, te gustará este hábito con el tiempo.
4. Salir a caminar cuando hace frío
¿Un paseo por el frío? Cuando puedes beber té caliente, envolverte en una manta y esperar a que llegue la primavera. Aunque los paseos en el frío pueden parecer una contradicción a los «rituales de relajación», le aseguramos que le gustarán por varias razones. Una de las más importantes y repetidas frecuentemente, también por los médicos, es su efecto en el aumento de la inmunidad. Mientras caminamos, oxigenamos el cuerpo, nos endurecemos y trabajamos por nuestra salud. El aire del invierno también está desprovisto de alérgenos biológicos, por lo que las bacterias y los virus también son menos activos. Además, piense en lo agradable que es el sonido de la nieve crujiendo bajo sus botas y la imagen del sol poniente reflejándose en el polvo blanco. Además, ¡el té caliente con jengibre, canela y naranja calientes sabrá mucho mejor después de un pequeño esfuerzo!