Un mal sueño es un mal día

22 marzo, 2021 / Mateusz

Dormir menos de lo habitual, incluso 16 minutos, puede provocar graves problemas de atención y concentración al día siguiente. Por tanto, un sueño irregular puede complicar mucho la vida privada y profesional, alimentando un círculo de estrés y fatiga. ¿Qué dicen los científicos sobre nuestros hábitos? ¿Cómo resolver el problema del sueño irregular o perturbado?

Riesgo de conflicto

Los especialistas coinciden: si no dormimos bien por la noche, no podemos contar con un trabajo eficaz al día siguiente. Investigadores de la Universidad del Sur de Florida publicaron en el Journal of the National Sleep Foundation los resultados de un estudio realizado con 130 trabajadores del sector informático. Cada uno tenía al menos un hijo en edad escolar. Resultó que acortar el descanso nocturno en tan sólo 16 minutos provoca una gran confusión en nuestro equilibrio hormonal.

Según dicen los investigadores, al día siguiente de un sueño más corto nuestras capacidades cognitivas, nuestra capacidad de concentración en las tareas y, a su vez, los niveles de estrés aumentan, se deteriora el equilibrio entre la vida laboral y personal y, en consecuencia, aumenta el riesgo de conflictos en todos los ámbitos de nuestra vida.

Círculo vicioso

También resulta que para solucionar el problema de la fatiga emergente, nos acostamos más temprano y nos levantamos más temprano al día siguiente, lo que vuelve a perturbar nuestro ritmo circadiano normal.

Estas relaciones cíclicas demuestran que la calidad del sueño también depende de la cantidad de nuestro estrés diario, y también puede contribuir a su aumento y a la formación de un círculo vicioso», afirma la prof. Soomi Lee, autora de la publicación.

«Los resultados de este estudio muestran que los empresarios deberían esforzarse más en promover el buen sueño de sus empleados. Los que duermen bien conseguirán mejores resultados en el trabajo gracias a su capacidad de concentración, cometerán menos errores y tendrán menos conflictos con los demás», explica la investigadora.

Buenas prácticas

Pero, ¿y si nuestro empleador no apoya este tipo de prácticas o iniciativas? En primer lugar, debemos ocuparnos nosotros mismos de nuestras buenas prácticas de descanso, tanto en el trabajo como en casa.

¿Qué hay que hacer?

  • Cuidar los horarios regulares de levantarse y acostarse. Los fines de semana y los días festivos no duerma más: sólo se permite una hora de tolerancia.
  • Haz pausas en el trabajo: la pausa del almuerzo debe utilizarse para comer, no para ponerse al día con el trabajo. También es una buena idea tomarse unos minutos de descanso cada hora y alejarse del escritorio.
  • Después del trabajo olvidémonos de las obligaciones laborales – si no se trata de una situación límite, intentemos dejar el portátil del trabajo en el trabajo, y escondamos el móvil en un cajón el fin de semana. Intentemos también bajar el ritmo durante nuestro tiempo libre y centrarnos en nuestras pasiones o intereses.
  • Entrene la atención plena: si tiene un hijo pueden hacer estos ejercicios juntos. Describan juntos lo que ven fuera de la ventana en ese momento, qué colores les rodean, qué sonidos pueden oír. Al acostarse en la cama, también vale la pena concentrarse durante unos segundos en cada una de las partes más pequeñas de nuestro cuerpo.
  • No te sobrecargues sensorialmente: es una afección cada vez más común. La persuasión y la lectura excesiva de la información no tienen un buen efecto sobre el sueño o el descanso. También puedes probar un edredón o una manta sensorial (manta ponderada) que tiene un efecto calmante sobre el sistema nervioso y además reduce la cantidad de cortisol producida en favor de la serotonina. También puedes llevarte un artilugio de este tipo al trabajo y cubrirte con él durante el día.
  • Limpieza del entorno: en contra de las apariencias, el escritorio en el que solemos pasar la mayor parte del día es una herramienta importante en la lucha contra la fatiga. Sólo hay que seguir algunas reglas: retirar del tablero todo lo que no sea absolutamente necesario, agrupar los objetos, colocar las cosas en su sitio y tratar de mantener el escritorio limpio el mayor tiempo posible para trabajar con más eficacia y encontrar más rápidamente las cosas que se necesitan. Esta regla también debería aplicarse en casa: allí deberíamos descansar principalmente, y no alterarnos por el desorden. Mantener el apartamento limpio ayuda mucho.