¿Cómo sobrevivir cuando sentimos que nuestra vida se desmorona?

02 septiembre, 2019 / Mateusz

Todos hemos experimentado tristeza, miedo, arrepentimiento o ira. Estas emociones generalmente provienen de la pérdida, ya sea algo o alguien muy cercano a nosotros. Los tiempos difíciles les suceden a todos y no se pueden evitar, pero, a pesar de esto, no podemos simplemente desaparecer por un corazón roto o después de una discusión con un compañero. Las emociones que sufrimos en estas situaciones pueden desanimarnos y abrumarnos hasta el punto de desmotivarnos. ¿Cómo podemos atravesar situaciones difíciles sin sacrificar lo que es importante para nosotros? Aquí hay algunas estrategias psicoterapéuticas para lograrlo.

La vida puede ser despiadada, independientemente de nuestro estado de ánimo. Experiencias dolorosas le suceden a todos, y hay cientos de situaciones en las que nos sentimos «incómodos». La forma en que lidiemos con ellas depende en gran medida de nuestra experiencia previa, educación y predisposición genética. Cuando nuestros mecanismos defensivos no nos protegen del dolor, generalmente surge la depresión, junto con el estrés, ansiedad, dolor, arrepentimiento o enojo suprimidos. Estas emociones a menudo incluyen la verdad sobre nuestras necesidades reales, por lo que se requiere acción inmediata.

Salir de la casa

La depresión o la melancolía son bestias furtivas. Cuando luchamos con un estado de ánimo bajo y falta de motivación, a menudo nos atormentamos con pensamientos negativos, como, «a nadie le gusto», «ningún compañero podría soportar mi comportamiento», «Nunca llegaré a ningún lado», «mi vida es una serie de fracasos». ¿Te suena familiar? Cuando nos sentimos abrumados por esta difícil situación, nos sobrecargamos de malas emociones, lo que nos lleva directamente al siguiente estado. Sentados, solos, frente a la pantalla del televisor, quizás acompañados de una botella de vino, no tenemos la oportunidad de encontrar la perspectiva que nos traerá visitar nuevos lugares o conocer nuevas personas. Según los psicoterapeutas, salir de casa es crucial en esos momentos y es un gran paso en la lucha contra una crisis nerviosa. Establecer un vínculo emocional con otras personas, hablar sobre asuntos cotidianos o reírse en compañía de amigos, es un regalo más grande de lo que podríamos imaginar. Nuestro cuerpo y sistema nervioso comienzan a actuar de manera muy diferente: finalmente, la serotonina y la dopamina suben, estas hormonas también son responsables de mejorar el estado de ánimo y la motivación para continuar con el cambio.

Expectativas vs posibilidades

Las decepciones suelen ser el resultado del no cumplimiento de nuestras expectativas. Si no nos centramos en un resultado preconcebido, la alegría de un final positivo se duplica. Sin embargo, podemos sentir una gran decepción si, por ejemplo, esperamos las vacaciones de nuestras vidas, y la realidad resulta ser muy diferente de las fotos que encontramos en internet. Imagina tu mente como el sistema operativo en tu computadora: cuando todo está bien, operas con confianza, pero cuando tu «memoria» es tristeza, arrepentimiento y estrés: la computadora funciona más lento, se congela y muestra mensajes de error. Si todo en nuestra vida transcurre sin problemas, entonces nos acostumbramos a este nivel de facilidad. Sin embargo, cuando las cosas salen mal inesperadamente, esto solo puede intensificar la frustración, por lo que es muy importante dejar ir, no esperar demasiado y apreciar incluso los esfuerzos más pequeños. Por lo tanto, debemos establecer objetivos que sean específicos, medibles y con plazos determinados. Un buen plan reducirá la ansiedad y los sentimientos abrumadores.

Duerme, duerme y duerme de nuevo

Dormir bien es una condición de salud. Regenera el cuerpo, restaura la energía y retrasa los procesos de envejecimiento. Además, reduce la frecuencia cardíaca, disminuye la presión arterial y ralentiza las funciones del cuerpo. Durante el sueño, los órganos dañados se reparan. Los estudios han demostrado que la necesidad de dormir es más fuerte que la necesidad de comer. Sin embargo, muchos factores afectan la calidad y la duración del sueño, y el estrés es uno de los más importantes. El insomnio afecta deteriorando el rendimiento físico y mental del día siguiente. La investigación realizada también indica que hay una mayor secreción de adrenalina y noradrenalina en personas que tienen problemas para conciliar el sueño, es decir, hormonas del estrés, a veces también llamadas «hormonas del miedo, la lucha y la huida». Si sus problemas lo mantienen despierto, intente dormir debajo de una manta con peso en lugar de una normal. Tiene un relleno ligeramente más pesado (alrededor del 10-15% del peso corporal del usuario) que aumenta la secreción de serotonina (hormona de la felicidad) al tiempo que reduce la producción de hormona del estrés (cortisol). Además, puede cubrirse durante el día, en el sofá o en el trabajo, y luego de dos semanas su sistema nervioso funcionará de manera completamente diferente.